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Mao Jingqing: El espíritu resurgente de Song

Publicado el: 15 Agosto 2025

Por: Hervé Lancelin

Categoría: Crítica de arte

Tiempo de lectura: 9 minutos

Mao Jingqing crea obras de una belleza impresionante que se inspiran en el legado pictórico de Song. Discipulo de Chen Peiqu, este maestro de la pintura minuciosa china revisita los códigos tradicionales con una sensibilidad contemporánea, produciendo composiciones florales y paisajísticas de una perfección técnica notable que redefinen el arte chino moderno.

Escuchadme bien, panda de snobs: aquí hay un artista que no juega en la misma liga que vuestros pequeños favoritos del mercado del arte contemporáneo. Mao Jingqing, nacido en 1984, graduado de la Academia de Bellas Artes de China, no se preocupa por vuestras tendencias efímeras ni por vuestras instalaciones conceptuales. Este hombre excava en la tradición Song con la perseverancia de un arqueólogo y la precisión de un cirujano, para extraer una poesía que asombra por su exactitud y su contemporaneidad.

Mientras sus contemporáneos persiguen las últimas modas occidentales, Mao Jingqing elige el camino más arduo: el de la fidelidad creativa a un legado milenario. Discípulo de Xiao Feng y Song Ren durante sus años de estudios, y después secretario académico del primero durante nueve años, tuvo el distintivo honor de convertirse en el último discípulo de Chen Peiqu, maestro indiscutido de la pintura tradicional china. Esta filiación no es anecdótica; constituye la base misma de su enfoque artístico.

El legado de los Song: Una estética de la perfección

La pintura Song representa el apogeo del arte pictórico chino, particularmente en su dimensión de pintura de corte. Los artistas de esa época desarrollaron un enfoque que conjugaba la observación minuciosa de la naturaleza y el sentimiento poético, creando esas obras de una belleza impresionante donde cada detalle cuenta. Mao Jingqing se inscribe en esta tradición con una conciencia aguda de lo que representa. Su serie Nouvelle Rivière Qingming, creada para el pabellón Alibaba durante la cumbre del G20 en Hangzhou, da testimonio de esta ambición: retomar los códigos visuales de los maestros Song para narrar nuestra época.

La influencia de Chen Peiqu en su trabajo va más allá de la simple transmisión técnica. Chen Peiqu dedicó años a anotar sistemáticamente el Recueil complet des peintures Song, un trabajo de erudición colosal que Mao Jingqing tuvo el privilegio de estudiar en su totalidad. Estas anotaciones constituyen para él un verdadero tesoro artístico, una clave para entender las sutilezas del arte Song que escapan a la mayoría de los practicantes contemporáneos.

En sus obras como Cien Flores o Cien Lotos, Mao Jingqing despliega esta maestría técnica heredada de los Song al tiempo que insufla una sensibilidad contemporánea. Sus composiciones florales nunca son meros ejercicios de estilo; contienen una meditación sobre la belleza, la fragilidad y la permanencia. El tratamiento del espacio, la economía de medios, la precisión del trazo revelan a un artista que ha integrado las lecciones de sus maestros para superarlas.

La técnica de la pintura minuciosa (gongbi) que practica con maestría exige una paciencia y precisión que nuestra época de lo instantáneo tiende a descuidar. Cada pétalo, cada hoja, cada tallo se representa con una atención que roza la devoción. Este enfoque se opone diametralmente al arte contemporáneo occidental, a menudo marcado por la espontaneidad y la expresividad brutal.

Dostoyevski y el arte de la profundidad espiritual

Existe una inquietante afinidad entre el enfoque artístico de Mao Jingqing y la estética de Dostoievski, esa búsqueda obsesiva de la verdad que atraviesa la obra del maestro ruso [1]. En Dostoievski, cada detalle, cada matiz psicológico contribuye a una arquitectura global que busca revelar las profundidades del alma humana. De igual modo, en Mao Jingqing, cada elemento pictórico forma parte de una investigación más amplia de la esencia espiritual de su sujeto.

El arte de Mao Jingqing comparte con el universo de Dostoievski esa capacidad para transformar lo ordinario en extraordinario, para revelar en la cotidianidad una dimensión metafísica. Cuando Dostoievski analiza los recovecos de la conciencia de sus personajes con precisión clínica, Mao Jingqing disecciona la estructura de una flor o la textura de un pétalo con la misma intensidad reveladora. Esta analogía no es fortuita: ambos artistas comparten una concepción del arte como revelación, como un desvelamiento progresivo de una verdad oculta.

La influencia de este enfoque de Dostoievski se manifiesta particularmente en la serie Cent Lotus de Mao Jingqing. Cada loto es tratado como un individuo único, con su propia personalidad, sus propios matices, sus propios misterios. Esta individualización del motivo floral evoca la manera en que Dostoievski construye a sus personajes: nunca tipos, siempre seres singulares, irreductibles a una categoría.

La dimensión temporal juega asimismo un papel fundamental en esta afinidad estética. Dostoievski desarrolla sus relatos en una duración psicológica que supera el tiempo cronológico, creando momentos de eternidad donde se revela la esencia de sus personajes. Mao Jingqing procede de manera similar en su pintura: sus flores parecen suspendidas en un tiempo que no es ni el del florecimiento ni el de la marchitez, sino el de una belleza eterna que escapa a las contingencias temporales.

Este enfoque revela en Mao Jingqing una concepción del arte que supera la simple representación para alcanzar una forma de conocimiento intuitivo. Así como Dostoievski utiliza la ficción para explorar territorios inexplorados de la psique humana, Mao Jingqing usa la pintura tradicional china para sondear los misterios de la naturaleza y la belleza. Este método exige una forma de ascetismo, un desprendimiento de sí mismo que permite al artista ponerse al servicio de su sujeto en lugar de someterlo a sus efectos personales.

La arquitectura invisible de la tradición

El arte de Mao Jingqing revela una comprensión profunda de lo que podríamos llamar la arquitectura invisible de la tradición pictórica china. Esta arquitectura no pertenece a la simple técnica, aunque el dominio técnico sea indispensable, sino a una lógica interna que gobierna la organización del espacio pictórico, la distribución de masas, el equilibrio entre llenos y vacíos.

Esta lógica arquitectónica se manifiesta de forma notable en su Nueva Río Qingming, obra monumental sobre seda creada para el pabellón Alibaba. El artista despliega una composición de una complejidad asombrosa, donde cada elemento encuentra su lugar en un conjunto perfectamente orquestado. Esta capacidad de dominar la gran composición mientras se preserva la precisión del detalle demuestra una madurez artística notable para un hombre de su generación.

La arquitectura tradicional china se basa en principios de proporción y armonía que encuentran su equivalente en la pintura de Mao Jingqing. El uso del espacio negativo, la creación de ritmos visuales mediante la repetición y la variación, el equilibrio entre densidad y vacío revelan una sensibilidad arquitectónica que supera la mera representación bidimensional.

En sus pinturas de flores y pájaros, esta lógica arquitectónica se expresa mediante una construcción geométrica subyacente que organiza la composición sin imponerse visualmente. Los tallos de los lotos dibujan ejes invisibles que estructuran el espacio, las hojas crean planos que otorgan profundidad, las flores abiertas constituyen puntos focales que guían la mirada. Esta arquitectura secreta confiere a sus obras una solidez y una presencia que las distinguen de ejercicios decorativos.

La afinidad con la arquitectura también se manifiesta en su concepción del tiempo pictórico. Como un edificio que atraviesa los siglos conservando su función y su belleza, las pinturas de Mao Jingqing parecen diseñadas para desafiar el desgaste temporal. Esta ambición de permanencia, heredada de la tradición Song, otorga a su obra una dimensión monumental que no depende del tamaño físico de los lienzos.

Su enfoque arquitectónico revela asimismo una concepción del arte como construcción colectiva. Cada obra se inscribe en un conjunto más amplio, el de la tradición pictórica china, del cual constituye un elemento nuevo sin romper con lo existente. Esta continuidad creativa, que caracteriza a las grandes tradiciones artísticas, convierte a Mao Jingqing en un eslabón esencial en la cadena de transmisión del arte chino.

La modernidad asumida de un tradicionalista

Contrariamente a las apariencias, Mao Jingqing no es un nostálgico anclado en la contemplación del pasado. Su enfoque artístico evidencia una modernidad asumida que se alimenta de la tradición para afrontar mejor los desafíos contemporáneos. Su trabajo en la serie Encre éclaboussée en trente-deux pièces revela otra faceta de su talento, influenciada por las innovaciones de Zhang Daqian y Chen Peiqu en sus últimas etapas creativas.

Esta serie marca una evolución significativa en su trayectoria artística. La influencia de los maestros de la tinta salpicada, técnica que permite una expresividad más libre conservando la sofisticación de la tradición china, abre nuevas perspectivas en su arte. Los precios alcanzados por esta serie en el mercado del arte, especialmente cerca de 500.000€ obtenidos por Splash – Color x 32 (泼彩册水系列三十二片) en Sungari International Auction en 2023, dan fe del reconocimiento internacional de esta evolución estilística [2].

Su posición como profesor asociado en la Academia de Bellas Artes de China le otorga una responsabilidad particular en la transmisión de estos saberes tradicionales a las nuevas generaciones. Esta función pedagógica enriquece su propia práctica artística al obligarle a teorizar sus intuiciones y explicar sus elecciones estéticas. Así, la enseñanza se convierte en un laboratorio donde se prueban y refinan las innovaciones estilísticas.

La exposición Song Yun Feng Ya (Elegancia Song) organizada en 2022, seguida de la gran exposición Yi Yun Wu Ji (Infinitud Nublada) en el Museo Provincial de Zhejiang en 2023, que presentó más de ochenta obras cubriendo veinte años de creación, testimonian la madurez de su trayectoria artística [3]. Estas exhibiciones revelan a un artista capaz de plasmar su visión en todos los géneros tradicionales: paisaje, figuras, flores y pájaros.

La ética de la perfección

Lo que sorprende en Mao Jingqing es su rechazo a la facilidad y su exigencia constante consigo mismo. En un mundo artístico a menudo dominado por la moda y la búsqueda de lo espectacular, él elige la vía del profundo examen paciente y la búsqueda de la perfección. Esta ética de la perfección, heredada de sus maestros, constituye el fundamento mismo de su proceso creativo.

Sus obras filantrópicas, como las donaciones de pinturas para diversas causas benéficas, también revelan una concepción del arte como servicio a la comunidad. Esta dimensión social de su compromiso artístico se inscribe en la línea de la tradición culta china, donde el artista tiene responsabilidades morales hacia la sociedad.

El reconocimiento internacional de su trabajo, materializado por su participación en el Foro de Davos o en los eventos del G20, testimonia su capacidad para hacer dialogar tradición y modernidad en la escena artística mundial. Esta apertura internacional no diluye su identidad artística; al contrario, la revela en toda su especificidad cultural.

Mao Jingqing encarna una vía posible para el arte chino contemporáneo: la de una modernidad arraigada que extrae de la tradición la fuerza para renovar el lenguaje artístico. Su obra demuestra que es posible ser plenamente contemporáneo sin renegar de su herencia cultural, y que esta fidelidad creativa constituye la condición sine qua non para una verdadera innovación artística.

Este artista nos recuerda que la grandeza en el arte no reside en la originalidad espectacular, sino en la capacidad de hacer resonar las armónicas más profundas de la tradición para crear una belleza nueva. En esto, Mao Jingqing se impone como una de las voces más auténticas del arte chino contemporáneo de hoy, un creador que honra el pasado preparando el futuro.


  1. Dostoyevski, Fiódor, Diario de un escritor, traducido por Gustave Aucouturier, París, Gallimard, 1972
  2. Sungari International Auction, resultados de la venta del 01/07/2023 en Pekín, Obra titulada “Splash – Color x 32” (泼彩册水系列三十二片), lote n.º 5634, Dibujo-Acuarela, Tinta, color/papel, 32 obras en papel de 27 x 24 cm.
  3. Museo provincial de Zhejiang, catálogo de exposición Yi Yun Wu Ji – Mao Jingqing, Hangzhou, 2023
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Referencia(s)

MAO Jingqing (1984)
Nombre: Jingqing
Apellido: MAO
Otro(s) nombre(s):

  • 毛经卿 (Chino simplificado)

Género: Masculino
Nacionalidad(es):

  • China

Edad: 41 años (2025)

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