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Martes 18 Noviembre

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Sterling Ruby: El arte en estado salvaje

Publicado el: 21 Febrero 2025

Por: Hervé Lancelin

Categoría: Crítica de arte

Tiempo de lectura: 7 minutos

Sterling Ruby transforma la materia bruta en testimonios impresionantes de nuestras ansiedades colectivas. Sus cerámicas monumentales, sus tejidos rasgados y sus instalaciones imponentes crean un lenguaje visual único que traduce las contradicciones y tensiones de nuestra época con una potencia expresiva rara.

Escuchadme bien, panda de snobs. Sé bien que todos queréis hacer como si comprendierais perfectamente la obra tentacular de Sterling Ruby, ese artista estadounidense que hace explotar las fronteras entre los medios con una virtuosidad que os deja boquiabiertos. Pero permitidme deciros que no entendéis nada. Absolutamente nada.

Porque más allá de las superficies relucientes de sus cerámicas monumentales y de los delicados pliegues de sus esculturas textiles se esconde una verdad más profunda, más inquietante: Ruby es el artista que mejor encarna nuestra época ansiógena. A través de su trabajo polifacético, pintura, escultura, cerámica, textil, vídeo, disecciona con precisión quirúrgica las neurosis de la América contemporánea, creando una verdadera arqueología del inconsciente colectivo.

Esta exploración psíquica encuentra su expresión más impactante en sus “Basin Theology”, enormes cuencos de cerámica que funcionan como fosas comunes artísticas. Ruby amontona en ellos los fragmentos rotos de sus obras fallidas, los cubre con gruesas capas de esmalte que evocan sangre coagulada o lava fundida. Estas piezas monumentales, a veces con más de un metro de ancho, encarnan nuestra relación ambigua con el fracaso y la destrucción. En “Basin Theology/HATRA” (2014), la superficie azul-negro profundo parece absorber la luz, creando un efecto de abismo vertiginoso donde se disuelven los fragmentos de obras anteriores. “Basin Theology/SKINHEAD” (2013) presenta una superficie tormentosa donde los fragmentos de cerámica emergen como huesos de un sitio arqueológico, cubiertos por un esmalte rojo sangre que coagula en costras gruesas.

Esta obsesión por los ciclos de vida y muerte resuena profundamente con las teorías de Melanie Klein sobre la posición esquizo-paranoide. El bebé, según Klein, oscila entre estados de fragmentación angustiante y tentativas de integración, entre el miedo a la aniquilación y el deseo de reparación. Los “Basin Theology” manifiestan esta misma dinámica primitiva, a la vez vulnerables y amenazantes, fragmentados y unificados. El esmalte que cubre los escombros actúa como una piel psíquica, una membrana protectora que intenta contener la amenaza de desintegración. Esta noción kleiniana de contenedor psíquico encuentra un eco particular en la forma en que Ruby transforma estos cuencos en recipientes simbólicos para los restos de su práctica artística.

Sus famosas “Stalagmites”, esculturas monumentales en poliuretano, llevan aún más lejos esta exploración de las angustias primitivas. Su verticalidad fálica, que puede alcanzar varios metros de altura, se ve compensada por una aparente fragilidad, como si corrieran el riesgo de colapsar bajo su propio peso. En “Monument Stalagmite/The Shining” (2011), las gotas congeladas de poliuretano rojo brillante crean un efecto de cascada sangrienta, evocando la escena emblemática de la película de Kubrick donde la sangre brota de los ascensores. Ruby explora aquí lo que Julia Kristeva llama lo abyecto, esa zona confusa donde las distinciones entre sujeto y objeto se vuelven porosas. Las gotas congeladas evocan fluidos corporales que amenazan la integridad del cuerpo social, transformando la materia industrial en una metáfora de nuestros temores colectivos ante la contaminación.

Esta ambivalencia encuentra un nuevo eco en la serie “SOFT WORKS”, donde formas antropomorfas hechas de textiles evocan a veces cuerpos martirizados y otras criaturas fantasmales. “Vampire” (2011), una enorme boca suspendida cuyos colmillos de tela gotean falsas gotas de sangre, encarna perfectamente esta tensión entre lo familiar y lo extraño. Al coser y ensamblar tejidos recuperados, entre ellos banderas americanas descoloridas, Ruby crea híbridos inquietantes que encarnan lo que Freud denominó “lo siniestro”. Estas esculturas blandas, que recuerdan a los objetos transicionales teorizados por Winnicott, transforman la comodidad reconfortante del hogar en algo ajeno y hostil.

La instalación “SUPERMAX 2008” en el MOCA de Los Ángeles ancla su trabajo en una crítica acerba del sistema carcelario estadounidense. Las formas geométricas austeras y las superficies deformadas crean un diálogo fascinante entre la arquitectura penitenciaria y el minimalismo. “Inscribed Plinth for Joseph DeLange” (2008) presenta un pedestal de fórmica cubierto de grafitis e inscripciones compulsivas, como las paredes de una celda penitenciaria. Ruby subvierte las rejillas y estructuras modulares del arte minimalista para revelar su potencial opresivo, haciendo eco de los análisis de Foucault sobre la arquitectura disciplinaria en “Vigilar y Castigar”.

En sus pinturas de la serie “SP”, el uso del spray crea paisajes alucinados con colores ácidos. “SP231” (2012) despliega degradados vertiginosos de rosa fluorescente y negro profundo, creando un efecto de profundidad tóxica. La técnica misma, asociada al graffiti urbano, se convierte en un medio de expresión a la vez violento y poético. Las superposiciones de capas translúcidas evocan una atmósfera envenenada, creando una cartografía psíquica de nuestra incomodidad ambiental. Estas obras recuerdan los experimentos de Morris Louis con el color líquido, pero en una versión donde la fluidez se convierte en veneno.

Los “SCALES”, móviles monumentales que combinan formas geométricas y objetos encontrados, encarnan la búsqueda de un equilibrio precario que atraviesa toda la obra de Ruby. “SCALE/BATS, BLOCKS, DROP” (2015) asocia bloques motores industriales con bates de béisbol, creando una coreografía amenazante que evoca los móviles de Calder en una versión pesadillesca. El movimiento perpetuo de estas esculturas mantiene al espectador en un estado de alerta constante, entre asombro y amenaza de derrumbe.

Su serie de vídeo “TRANSIENT TRILOGY” explora los márgenes de la sociedad a través de la figura de un vagabundo que crea instalaciones efímeras con basura. Este personaje, que Ruby interpreta él mismo, hace eco a las teorías de Michel de Certeau sobre las tácticas de resistencia cotidiana desarrolladas en “La invención de lo cotidiano”. La cámara observa estos rituales solitarios con una distancia clínica, creando una tensión entre documental antropológico y performance artística. Los gestos obsesivos del personaje, su manera de recoger y ordenar los desechos, evocan los comportamientos compulsivos analizados por Freud en “El hombre de los ratones”.

Los textiles ocupan un lugar singular en esta exploración identitaria. Sus “quilts” monumentales revisitan la tradición del patchwork americano, creando composiciones donde se mezclan telas desteñidas, motivos militares y residuos industriales. “BC (4357)” (2012) combina fragmentos de vaqueros desgastados con motivos de camuflaje, creando una cartografía abstracta de las tensiones sociales estadounidenses. La técnica se convierte en metáfora de la construcción nacional, un ensamblaje frágil de fragmentos dispares mantenidos por costuras siempre amenazadas de deshacerse.

Esta práctica textil encuentra una prolongación inesperada en las colaboraciones de Ruby con el mundo de la moda. Su línea S.R. STUDIO. LA. CA. transforma las prendas en esculturas portables marcadas por procesos artísticos, manchas de pintura, decoloraciones, ensamblajes. Esta democratización del arte realiza el viejo sueño de las vanguardias de integrar el arte en la vida cotidiana, cuestionando al mismo tiempo los límites entre creación y consumo.

Las instalaciones recientes de Ruby alcanzan una forma de síntesis de todas estas preocupaciones. “STATE” (2019), proyección de vídeo monumental filmada con dron, sobrevuela las 35 prisiones estatales de California. Las imágenes aéreas alternan entre paisajes sublimes y arquitecturas carcelarias, creando un contrapunto asombroso entre la belleza natural y la brutalidad institucional. La banda sonora percusiva, compuesta por el artista, añade una dimensión angustiante que mantiene al espectador en un estado de tensión permanente.

La serie “TURBINES” (2021) marca quizás la emergencia de una nueva dirección en la obra de Ruby. Estas grandes pinturas abstractas incorporan fragmentos de cartón en lienzos teñidos, creando composiciones dinámicas que evocan explosiones o tormentas. Inspirándose en el constructivismo ruso, Ruby transforma la violencia en energía creadora, sugiriendo la posibilidad de un renacimiento dentro del mismo caos.

Esta capacidad de transformar la destrucción en creación atraviesa toda la obra de Ruby. Cada serie funciona como un intento de dar forma a lo informe, de contener lo incontenible. Los materiales más humildes, cartón, tela usada, cerámica rota, se convierten en vectores de una experiencia estética que nos enfrenta a nuestras angustias más profundas al tiempo que abre perspectivas de transformación.

Porque ahí reside la fuerza única de Ruby: su capacidad para transformar nuestros miedos colectivos en formas significativas mientras mantiene un compromiso radical con la materia. Cada obra se convierte en un acto de resistencia, afirmando la posibilidad de crear sentido incluso en el corazón de las tinieblas. La artista actúa como una alquimista contemporánea, transmutando los residuos tóxicos de nuestra civilización en objetos de una belleza inquietante que nos obliga a enfrentar nuestra condición.

Entonces sí, Escuchadme bien, panda de snobs, seguid repitiendo vuestras trivialidades sobre la transgresión de las fronteras artísticas. Pasaréis por alto lo esencial: la facultad única de Ruby de dar forma a lo indescriptible de nuestro tiempo, de abrir en nuestro presente caótico perspectivas de transformación y renovación. Su obra nos recuerda que el arte más poderoso nace a menudo del enfrentamiento con nuestros demonios interiores, de la capacidad de transformar nuestras angustias en energía creadora. En un mundo que parece dirigirse hacia su perdición, Ruby nos muestra que aún es posible crear belleza a partir del caos, esperanza a partir de la desesperación.

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Referencia(s)

Sterling RUBY (1972)
Nombre: Sterling
Apellido: RUBY
Género: Masculino
Nacionalidad(es):

  • Alemania
  • Estados Unidos
  • Países Bajos

Edad: 53 años (2025)

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